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domingo, 28 de julio de 2013

Hospitales y cárceles






¿Qué tienen en común? En ambos sitios tu autonomía es referida a un tercero. Te cambian la ropa de civil en algunos casos, en otros lo que te sea más cómodo y si el caso es intensivo pues desnuda.


Pierdes tu humanidad, te conviertes en el televisor de la sala de espera. Es decir, todos te miran pero de manera pragmática. Sin interacciones humanas, sin intercambios orgánicos y emocionales.


Pierdes tu identidad ya no eres ese nombre que se te impuso al salir de tu madre. Ya después de acostumbrarte a la idea de que ese sería tu nombre. Ya luego un poco más tarde encajarías una conceptualización sobre la persona que guiarías desde el '87. La misma identidad que sería puesta en tela de juicio ya que tu identidad sería entonces remitida a un número en un récord.


Le preguntas al compañero de celda: "Y tú, ¿por qué estás aquí?" Esperando escuchar algo que te consuele sobre tu situación. Lo que es triste es que tu caso usualmente termina reflejando algo de perspectiva al caso de los demás...


Se estructuraliza todo. La hora de despertar, la hora de desayunar... La hora de cagar. Ya no perteneces a la corriente principal de ciudadanos afortunados de haber nacido en esta parte de la esfera global.

martes, 13 de marzo de 2012

¡TETAS!

   Como muchos de ustedes saben, porque lo he dicho cuatrocientasveinticinco veces en Twitter, estoy hospitalizada. En la mañana eché una siesta y en la tarde otra, ahora son las 5:45 de la madrugada, los pajaritos cantan y no puedo dormir.  Sin contar que me duele todo y Don Demerol me falló con sus efectos. (Me lo pusieron y no me hizo nada) Me quedé pensando en un comentario que hizo @blaaaas sobre las tetas artificiales que provocó que el TL se pusiera a hablar de tetas, un tema muy inusual en esa red social, ¿no?. Esto me encendió la musa, gracias @blaaaas, hacia tiempo que no escribía.  Me puse a pensar la primera vez que hice conciencia de lo que significaban las tetas. Recuerdo que la impresión que tuve sobre ellas vino de la experiencia que tuve sobre la primera vez que le cogí una Playboy a un familiar (no señores no voy a tirar a mi familia al medio) y vi tetas. Dije: -"Yo quiero una de esas" y según lo que la propaganda americana me enseñó erróneamente llegué a la conclusión de que necesitaba unas grandes y redondas tetas, que mínimo fueran copa B, y que de no tener ese tamaño nadie me miraría.       Estaba en octavo grado, Jenny ya se había desarrollado y era el sueño mojado de todos los chicos del salón y el mío también, sólo que en ese momento no lo quise aceptar porque sentí mucha vergüenza de que yo pudiera ser lesbiana o bisexual. Pero eso es tema para otra entrada, me quiero concentrar en las tetas. Jenny tenía unas hermosas y redondas tetas copa B y tenía control sobre todos los chicos del salón por eso. Incluso el bully que me jodía la existencia estaba enamorado de ella. Un saludito a Shadi El Burai, que me molestó de sexto a octavo grado, hasta que un libro de brujería en mi bulto estratégicamente colocado para que "accidentalmente" lo viera y provocó respeto infundado en el miedo y la ignorancia.       En fin, yo quería ese respeto, ese control que tenía Jenny. Pensaba que la manera de obtenerlo era mediante un par de tetas grandes. Yo no llegaba ni a copa A y tenía una percepción tan desfigurada de mi cuerpo que las percibía como "moobs" o man boobs o tetas de varones, o chichos de un gordito que tiene tetas, creo que expliqué suficiente. Recurrí a los rellenos, gradualmente pasé de copa A a copa B y me exageré tanto que llegué a tener copa C con ayuda de sostenes, rellenos y photoshop. Si gente, usé photoshop. Shame on me. Utilizé rellenos desde octavo grado hasta el día de mi accidente el 24 de febrero del 2006, un total de cinco a seis años. Esto me jodía psicológicamente cuando venia un nene a decirme que le gustaba porque  "era tetona", les gustaba por algo que no era. Entonces a la hora de hacer fresquerías no me quitaba la camisa porque descubrirían mi falsa realidad. El día del accidente en la ambulancia me cortaron el sostén con tijeras quirúrgicas y yo dentro de mi aparente cordura efímera pensé: "Esto se jodió, me vieron los rellenos y mis tetitas". Con la vulnerabilidad a flor de piel, literalmente no morí, pero por dentro mi orgullo se desplomó e interiormente morí de vergüenza. Vuelvo a pasar la misma humillación a la hora del baño en el área de intensivo, cuando son enfermeros varones los que me bañan y me ven tal como era. Sentí la mayor de las vergüenzas y contrario a la amante de Carl Jung, Sabina Spielrein, una de las pioneras féminas en el psicoanálisis, no me excité ni un céntimo.      Luego de pasar por el peor de los panoramas, intensivo, llego al cielo de HealthSouth, el hospital donde conocí mi primer amor (mis disculpas al resto de mis exes ustedes no fueron, también me sorprendió, pues escribiendo esto fue que me di cuenta). Él me enséñó que contrario a lo que siempre creí los pechos pequeños también podían ser hermosos. Me enseñó que habían hombres, como él que les atraian las cosas pequeñas. Me explicó que para él, las tetas grandes eran como chichos, "un chicho en el pecho" me decía con su particular humor ocurrente. Que las grandes las asociaba con gordura.               Y entonces amé mis tetitas tal como eran. Sin rellenos, con sus imperfecciones y asimetrías. La derecha es más grande que la izquierda. Amo sus tonalidades rosadas cuando están relajadas y como se oscurecen cuando están excitadas. Las amo porque son mías y definen una parte del complejo que compone el todo que soy yo.

domingo, 12 de diciembre de 2010

Rabia Literaria








¿Quieres atención desmedida?
Pégate un tiro en la espina.
Móntate y ándate en silla.

Veras como se te quedan viendo,
los morbosos que frenan en el expreso,
para deleitarse con los muertos.
Aquí los niños y los viejos,
son expertos haciendo esto.

Ahí no se queda la cosa,
con la espina rota.
Saltar por la borda
y quedar como loca.

Terminemos este martirio,
prefiero morir de delirio.
Aquí incide el peligro,
acostumbrar lo sufrido.

Decirte que eres especial,
es otra manera
para decirte anormal.

Ansio el movimiento voluntario,
deseo liberar lo controlado.
Aborrezco mi dependencia,
quiero acabar esta mierda.

jueves, 3 de junio de 2010

Ánimo para ti y para mi

 

     Si la vida te ha sentado en una silla, regálale una sonrisa a la vida, si te dicen que esto va para largo no les hagas caso, ya otros se han parado y seguirán poniéndose en pie muchos más.... ¡Qué se vayan al carajo lo que digan los doctores yo hablo de lo que me dicen los pacientes! Soy más fuerte que esta mierda, tal vez mi sanación sea lenta, pero viene de adentro hacia fuera Ánimo a quien se está hastiando de pararse para luego caer en el mismo charco de enfermedad. Ánimo a ti que sientes que andas en una trotadora y has corrido más de mil millas y sigues en el mismo punto de partida. Ánimo a aquel que lo perdió todo pues ya no tienes nada que perder. Ánimo a ti que me estás leyendo y sientes dolor pues lo que no te mata te hace más fuerte. Áimo a todos aquellos que sintieron que al amor no fue hecho para ellos. Las cosas aparecen en cuanto dejas de buscarlas. Luz para todo aquel que viva en la oscuridad. Honestidad para aquellos sumidos en la mentira. Justicia para aquellos que la necesitan pero mas que todo que la merecen.... Pero sobre todo paz y no paz de la del premio Nobel sino de la verdadera y es aquí donde entra el dilema pues la definición de paz se ha desbancado totalmente. Paz no es sinónimo de tranquilidad, paz es mantener la calma aún en tiempos de tempestad. Yo nunca diré soy la mejor en esto o en lo otro, nunca diré: -"Yo tengo la razón y tú no" pues ya la vida me enseñó a reconocer que en esta vida nada sé.....