domingo, 13 de marzo de 2016

¿Qué eres capaz de soportar por amor?

Les comparto este cuento que me facilitó mi psicoterapeuta. Re escrito por María Marín, quien a su vez se lo encontró en un blog.

     Había un vez un Rey que buscaba pretendientes para convertirla en su Reina. Miles de mujeres se presentaron al palacio, hasta que llego este único mujerón que parecía descendiente de Iris Chacón. Hermosa como ella sola, le propuso al Rey: -"Soy capaz de hacer lo que ninguna mujer sería capaz de hacer. Permaneceré durante cien días frente a este reino, sin comer, sin beber, sin techo ni cobijas. Si he de cumplir esta hazaña pues seré merecedora de ser tu Reina"

     El Rey accedió muy intrigado. Luego de veinte días, el Rey se asomó para ver como le iba a su futura prometida y desde lejos mostró su aprobación con una sonrisa. Pasaron otros treinta días y el Rey se sorprendió ante la evidente pérdida de peso de la hermosa doncella. Para animarla, levantó su copa de oro, llena de vino tinto, en señal de apoyo. Al cabo de noventa días, cuando el Rey se asomó por la ventana, notó que la dama estaba demacrada, esquelética y su cabello era un matojo de greñas alborotadas. Al verla tan decaída, levantó su pulgar, animándola a continuar.

     Todo el pueblo estaba emocionado, porque al parecer la damisela estaba a punto de cumplir su promesa y pronto tendrían una reina. Después de 99 días y 23 horas, la mujer estaba sumamente pálida y era obvio que estaba muy enferma. De repente, sucedió algo totalmente inesperado. La hermosa mujer, a duras penas, se levantó y se marchó del palacio. Nadie podía creer lo que sucedía. Al llegar a su hogar, su padre, le preguntó angustiado: -"Hija mía, porque renunciaste si estabas a ley de unos minutos para ser Reina?

     A lo que ella le respondió: -"Soporté las peores calamidades, hubo ocasiones en las que me sentí desvanecer entre el hambre y el frío. Esperé 99 días a que el Rey se compadeciera de mi y me liberara de esa tortura, sin embargo lo único que hizo fue alentarme a continuar con mi martirio y sufrimiento, demostrándome su desconsideración y egoísmo. Una persona así, no merece mi amor".

Alguien que te haga sufrir o que no sea capaz de dar lo mismo que tú, simplemente no te merece...

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